Es una mentira atroz, plantear que la cuestión del delito transciende las ideologías, quien lo hace, encubre en la afirmación su visión del hombre, de los compatriotas y del orden social existente.
Cuando las únicas categorías que dan cuenta del tema son las de víctima y delincuente, tienen como finalidad omitir el debate político, restringiendo este a la cuestión jurídica de una democracia liberal, la cual puede ser un aspecto del tema, pero muy pobre, cuando queda enclaustrado en el llamado garantismo o efectismo.
Si la política de seguridad tiene al pueblo como observador, es porque responde a intereses ajenos al pueblo; la ausencia del pueblo es perpetuar las relaciones de poder actual, relaciones, en las cuales emerge el delito. Solamente el protagonismo popular, es el que puede modificar las condiciones que brindan seguridad.
Los montajes de acciones “preventivas” y/o represivas, son parte de un efectismo que no limita el delito, por el contrario son elementos constitutivos de la actividad económica que más ha crecido en los últimos años; “La industria de la inseguridad”.
La voluntad delictiva no viene con el ADN de las personas, es en el espacio social donde se construye, el indicador insoslayable es la procedencia social de la población carcelaria; el discurso hipócrita, que desconoce la pobreza, la marginalidad y la carencia de oportunidades, para realizar la vida, es parte del reconocimiento social que se brinda conforme a la propiedad de bienes; y el total desprecio a quienes no los poseen; la condición de compatriota es reemplazada por la de consumidor.
Quienes promueven que la sociedad observe al delincuente, como un enemigo a destruir y no como un compatriota a recuperar en la realización colectiva de la patria, son los sectores dominantes; el hecho delictivo, repudiable en sí mismo, es utilizado con la finalidad política de fragmentar la sociedad, para conservar sus privilegios, instalando la idea de destruir a quien se diferencia de su condición social y generar en grandes mayorías del pueblo la legitimidad de un orden social que no cuestione la propiedad y que la anteponga a la vida.
El discurso de mano dura, es la expresión acabada de los intereses oligarquícos; engendra violencia en la sociedad y legitima la negación de la vida, además de estar dirigido a desconocer la desigualdad, que produce un orden social basado en sus privilegios. El incremento de las fuerzas de seguridad y la logística disuasiva no erradica las condiciones que produce la voluntad delictiva, por el contrario, esta política hace explicito que no hay otras alternativas al delito.
Cuando observamos el potencial de nuestra patria, las condiciones que originan el delito son irracionales, solamente puede explicarse desde la concentración de riqueza e intereses ajenos a las grandes mayorías. Esta situación no solo tiene como víctimas a quienes padecen la pobreza, si bien son los más afectados; la oligarquía se encarga de promover en el resto el darwinismo social, donde las condiciones para realizar la vida siempre tendrán carácter precario.
Los funcionarios políticos que abordan el tema, desde los intereses oligarquícos, reconocen el origen social del delito, ocultando su carácter político, para estigmatizar y fragmentar la sociedad en victimarios y víctimas; las determinaciones sociales y políticas son cuestiones de mediano y largo plazo, a las que pueden hacer referencia de manera descriptiva; lo urgente es combatir el delito y explicar el despliegue del aparato disuasivo y/o represivo.
El delito se ha transformado en una fabulosa industria cuya actividad supera los 200 mil millones anuales; 50 mil guardias privados, coches blindados, dispositivos de electrónicos desde alarmas hasta tobilleras, cámara de seguridad, constructoras especializadas en cárceles, abogados, fiscales, jueces, vestimentas, y comida para más de 20 mil presos en la provincia de BA, personal penitenciario; a esto se debe agregar el producto del robo, tráfico de todo tipo, ( estupefacientes, personas, mercadería, repuestos etc.).
Toda esta industria tiene como insumo básico, al joven empobrecido de los barrios implantados en los grandes conurbanos que posee la provincia; el día que esta industria carezca de ese insumo básico, “La Industria del delito”, se desmorona; donde la actividad económica baja, no cabe duda alguna que los intereses económicos vinculados a esta industria, producirán los hechos necesarios para que el negocio siga siendo rentable. Luciano Arruga aún hoy sigue desaparecido por no querer ser parte de esta industria.
Los medios de difusión masivos, especialmente los que responden al orden oligárquico, se encargarán de ametrallar a la audiencia con el hecho delictivo, colocando al espectador en la situación de la víctima, para que demande un crecimiento de esta industria y una respuesta de los funcionarios en sintonía con sus intereses.
La baja de imputabilidad a los menores, se inscribe en la reproducción ampliada del insumo básico, que tiene la Industria del Delito; con solo observar el funcionamiento actual del régimen cerrado de menores en la provincia de BA, y cuál es la política niñez, tenemos un indicador fehaciente de la intencionalidad de esta política.
Todos saben perfectamente, que aquellos privados de su libertad, tiene en su DNI, la estigmatización de por vida; todos son conscientes de que nunca accederán a un trabajo digno, todos saben que las necesidades extremas le dejaran como única alternativa delinquir; pero nadie tiene respuesta para esta situación; no porque desconozcan el efecto que tiene, todo lo contrario, saben que el reincidente incorporará nuevos chicos empobrecidos a la actividad delictiva.
LAS CUESTIONES BASICAS DE UNA POLITICA DE SEGURIDAD
SOBRE EL PROTAGONISMO POPULAR
a) Promulgar una ley nacional donde el pueblo tome el control político de la seguridad, conformando consejos barriales, distritales por voto directo de los ciudadanos.
b) Desde los consejos relevar censalmente los hechos delictivos que ha sufrido la población, tipificarlos, y comunicar al pueblo, que cantidad de ciudadanos ha sido víctima de delitos y lugares donde se produjo el hecho. De manera tal que la población tenga una dimensión correcta de la situación y no magnitud que pretende darle la Oligarquía.
c) Relevar en los barrios las familias que se encuentran en condiciones de pobreza y requerir la intervención del estado, para resolver las necesidades más inmediatas, darle contención y acompañamiento.
d) Pasar todos los centros de Monitoreo por cámaras, bajo el control político de la población, designando los técnicos para tales fines
e) Configurar un mapa de lugares con frecuencia delictiva y demandar investigación sobre la forma en que se origina el delito.
SOBRE LOS ASPECTOS DISUASIVOS
La forma disuasiva más eficaz es aquella donde el delincuente sabe, que no tiene oportunidad de llevar adelante con éxito el delito.
Las cámaras, que podrían cumplir esta función, no pueden estar en manos de intendentes y policías; sin control popular, no son garantes de la privacidad que consagra nuestra Constitución, más aquellos que han estado involucrados en hechos delictivos y que mantienen aceitados vínculos con el fuero penal de la provincia.
Hoy el país está en condiciones de instalar sistemas satelitales que se accionan con alarmas antipático (pequeño aparato similar al nextel), estos sistemas además de permitir la rápida intervención policial al igual que una cámara, tiene la ventaja monitorear, cocinas de droga, desarmaderos, prostíbulos, talleres con trabajo esclavo, piratas, es decir el delito asociado a complicidades policiales, judiciales y políticas.
El sistema satelital además permite monitorear la intervención policial, orientar en la formación de cercos disuasivos, que permitan reducir al delincuente con la menor violencia, sin poner en riesgo la vida de los ciudadanos.
SOBRE LA LOGISTICA
Alguien debiera notar, que en todos los lugares céntricos del conurbano, es imposible el desplazamiento de patrulleros, por la cantidad de transito existente, por lo que, toda persecución debe realizarse desde motos compatibles con las características de los lugares y dejar de hacer negocios con las fábricas automotrices.
SOBRE LA REINSERCIÓN Y RECONCILIACION DE LA SOCIEDAD
Es hora de señalar que la desigualdad social, es el factor determinante en el origen del delito, que para ello el estado ampliará las oportunidades de las familias más desprotegidas, trabajo, vivienda, salud, acceso al conocimiento, protección de niños y adolescentes, etc.
Que la situación es el resultado de la brutal apropiación de riqueza por parte de la oligarquía y que es ella, la que diseña una política que enfrente como enemigos a distintos sectores sociales, alimentando una lucha de pobres contra pobres.
Que el estado dará respuesta a la organización y protagonismo popular para resolver la falta de oportunidades.
Que aquellos que hoy están privados de la libertad por cometer un delito, contarán con políticas del estado destinadas a incorporarlos en condiciones de igualdad frente a cualquier ciudadano partiendo de:
Promulgar una ley de trabajo carcelario, que permita obtener una retribución de convenio por su trabajo, ya sea para el sustento de su familia, o el ahorro, para cuando recupere su libertad.
Que el estado garantizará una salida laboral para cuando recupere su libertad
Que el estado garantizará la movilidad y visitas de sus familiares, para que no pierda los lazos afectivos.
Que el estado construirá espacios de reconciliación con las víctimas, de manera que puedan observarse como parte de la situación originada desde los sectores dominantes.
Seguramente habrá numerosos aspectos para profundizar, pero lo esencial es considerar las relaciones de poder en las cuales se produce y reproduce el delito, en ellas lo único que puede terminar con esta Industria macabra es el protagonismo popular; es imprescindible destruir todos los fetiches que construye la oligarquía para que nuestro pueblo viva atemorizado de sus propios compatriotas; de lo contrario el enemigo nos habrá derrotado y el delito seguirá ampliándose.
Fuente:
https://www.facebook.com/notes/gallego-fern%C3%A1ndez/el-abordaje-del-delito-desde-los-intereses-populares/10151595025545069
Por Miguel Jorquera
