jueves, 21 de junio de 2012

Un puntano en Nueva York

 
Adolfo en el viaje con Cristina a Nueva York
 
Sólo uno, que estaba sentado frente a Argüello, miró el título, bajó la cabeza y empezó a hojearlo. La charla colectiva siguió sin pausa y el lector siguió hojeando, casi leyendo las páginas de ese volumen. Despertó para pedirle al embajador: «Ché, necesito más ejemplares. ¿Cuántos te quedaron?». Argüello hizo el gesto regio de llamar a un amanuense que acercó el bolsito. «Acá tengo siete, pero te los cambio por las obras completas de Antonio Esteban Agüero, que hace años no se publican porque hay una pelea entre los familiares». «Hecho, te lo mando apenas vuelva», respondió Adolfo Rodríguez Saá- que de él se trata -embolsando sus ocho ejemplares.

Quisieron saber quienes escucharon este diálogo de qué se trataba. Argüello amagó una disculpa: «Mirá que no se habla de vos». «No sé -retrucó Adolfo- pero lo que veo acá me interesa mucho, veo cosas que son ciertas, pero hay otras...», siguió Adolfo. «Esa semana de mi presidencia no se ha contado nunca. Pasó cada cosa, hasta la conspiración duhaldista para que me fuera». Solá no escuchó nada porque estaba en una punta, junto a un diputado de La Rioja que lo divertía contando cómo, por su apellido y su aspecto, lo habían demorado en la «migra» al entrar a los Estados Unidos, quizás por haberlo confundido con un buscado «top». Tampoco acusó recibo de esa atribución antiduhaldista Atanasoff, que fue jefe de Gabinete de Eduardo Duhalde, pero que ahora milita en el «coloradismo» de De Narváez y tiene derecho a la amnesia.

Pero Adolfo siguió con una serie de anécdotas sobre aquella semana de su presidencia, que batió los récords de actividad en el quincho de la residencia de Olivos, en donde el sanluiseño organizó un asado cada noche de su breve mandato. «¿Saben qué? Me llevo estos libros, pero voy a escribir uno mío, propio contando los siete días de mi presidencia, un capítulo dedicado a cada día, y ya van a ver». La noche se demoró entre estas luces y sombras del pasado, pero que alumbran claro el presente y lo que viene. Además se dilató porque nadie se levantaba al no saber si había que pagar o no la cena. Domínguez, con ademán de jefe regio, hizo otro ademán con el brazo y dio a entender que estaban todos invitados.
Diario Ambito Financieron: http://www.ambito.com/diario/noticia.asp?id=641649

No hay comentarios: