miércoles, 6 de abril de 2011

La popularidad de Cristina Fernández pone en jaque a la dividida oposición argentina


Buenos Aires, 5 abr (EFE).- La popularidad de la presidenta de Argentina, Cristina Fernández, pone en aprietos a las fuerzas de la oposición, que pugnan por lograr acuerdos básicos que reflejen cierta unidad con vistas a las elecciones generales de octubre.
La oposición, que volvió a dispersarse luego de su victoria en los comicios legislativos de 2009, tomó nota de que la mandataria reúne hoy más de 20 puntos porcentuales de ventaja en intención de voto a pesar de que mantiene silencio sobre si optará a la reelección, subrayaron a Efe analistas políticos.
A falta de más de seis meses para las elecciones presidenciales, las encuestas coinciden en que la mandataria ganaría la contienda en primera vuelta.
Al hecho de que Fernández mantiene la iniciativa política, se suma el "efecto Cristina", como se llama a la influencia que se le atribuye en el sorpresivo triunfo electoral oficialista en las elecciones de gobernador de la provincia de Catamarca y su ajustada derrota en las de Chubut, el mes pasado, en lo que constituyeron las primeras pruebas electorales del año.
Como contrapartida, los líderes de las principales fuerzas de la oposición mantienen contactos en busca de consensos al mismo tiempo que lidian con las divisiones internas.
Los opositores con mejor imagen son el alcalde de Buenos Aires, el conservador Mauricio Macri, y el diputado Ricardo Alfonsín, hijo del fallecido expresidente Raúl Alfonsín, de la socialdemócrata Unión Cívica Radical (UCR), segunda fuerza parlamentaria.
La situación del Gobierno es "muy buena" y el "dato relevante es que por primera vez la oposición toma conciencia y en forma tácita reconoce que la presidenta tiene una fortaleza indiscutible", apuntó el analista Fabián Perechodnik, de la consultora Poliarquía.
"Es muy compleja la posibilidad de que la oposición llegue a acuerdos básicos, sobre todo por la complejidad del propio espacio opositor", matizó.
La prensa argentina ha publicado en estos días análisis y complicados diagramas sobre quién aceptaría aliarse con quién con tal de evitar a toda costa la eventual reelección de Fernández, cuya popularidad se disparó luego del fallecimiento de su esposo, el expresidente Néstor Kirchner, el 27 de octubre pasado.
Macri sorprendió este fin de semana al proponer públicamente la designación de un candidato presidencial "único" de la oposición para las elecciones del 23 de octubre, a lo que Alfonsín le respondió que "no se puede juntar a los que piensan diferente".
El alcalde de Buenos Aires, quien dio a entender su disposición a renunciar a su candidatura presidencial por Propuesta Republicana, también agitó las aguas en las filas del Peronismo Federal, que reúne a disidentes con el gobernante Partido Justicialista (peronista).
"Con Macri hay que profundizar el diálogo, pero hay que hablar de programas, no de candidatura única" (de la oposición), advirtió el gobernador de la provincia de San Luis, Alberto Rodríguez Saá, quien disputa la postulación presidencial del Peronismo Federal al expresidente Eduardo Duhalde (2002-2003).
Ricardo Alfonsín, cuya popularidad se atribuye al similar perfil que tenía su padre expresidente, busca una alianza con el socialismo mientras lidia con disputas internas en la UCR y las maniobras del vicepresidente argentino, Julio Cobos, quien regresó al partido luego de enemistarse en 2008 con el Gobierno de Fernández.
Cobos mantiene la incógnita sobre si competirá por la candidatura presidencial de la mano de la UCR, como ha dado a entender.
"No estoy dispuesta a juntarme con narcotraficantes o corruptos", aseguró la semana pasada Elisa Carrió, líder de la Coalición Cívica, tercera fuerza política del país, en referencia a los contactos en busca de consensos básicos en las filas de la oposición.
A juicio del analista Ricardo Rouvier, los argentinos "no encuentran" en la oposición "ni un líder con quien tener una referencia ni una fuerza política a la cual incluirse".
"Los que no quieren al gobierno (que son menos que antes, pero siguen siendo muchos), en realidad manifiestan (sólo en las encuestas) oposición al oficialismo, pero no afinidad hacia alguna alternativa electoral o política en general", apuntó el analista en su web.
"Por este motivo es que Cristina (Fernández) en cualquier encuesta lleva más de 20 puntos al segundo", puntualizó.
La Constitución argentina establece que será elegido presidente de la Nación en primera vuelta electoral el candidato que reúna más del 45 por ciento de los votos (como lo hizo Fernández en 2007) o el 40 por ciento de las adhesiones con diez puntos porcentuales de ventaja sobre el segundo.

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