sábado, 29 de enero de 2011

Todos Unidos ¡Perderemos!. Parte 1



Escrito por Matías Nieto   
Viernes, 28 de Enero de 2011 21:40
A través de un artículo publicado recientemente en el blog Ramble Tamble, el principal referente de la juventud kirchnerista de San Luis, Luis “Piri” Macagno, gerente de Asuntos Especiales de Anses, hijo de desaparecidos y nieto del ex intendente Carlos Ponce; se despachó con brutales críticas no solo contra los hermanos Rodríguez Saá, sino también contra otros kirchneristas, como el senador nacional Daniel Pérsico y el concejal Alfonso Vergés.
Citando un par de notas publicadas en La Gaceta y otros medios locales y nacionales, Macagno profundiza en las ideas detrás de la que quizás fue una de las mejores frases opositoras del 2010, “San Luis es un país donde el Estado termina siendo el principal negreador de los trabajadores”, habla de una oposición sanluiseña desarticulada, haciendo hincapié en los nuevos liderazgos y las perspectivas electorales para este año.
A continuación, reproducimos el artículo de Macagno en su totalidad.
“Cuando los Rodríguez Saa dicen que San Luis es otro país en cierto sentido tienen razón. Tras una época donde el foco de atención estuvo puesto en la creación de infraestructura (básicamente casas y autopistas), desde hace ya unos cuantos años comenzaron a concentrarse por otro tipo de agenda pública. Así, las casas fueron reemplazadas por los estudios de cine y los estadios de fútbol, las autopistas por las carreras de autos, y empezaron a hacerse habituales iniciativas muy poco frecuentes en el contexto nacional, como por ejemplo la importación anual del Carnaval de Río, la construcción de una nueva casa de gobierno en forma de pirámide (cuyo costo equivale al 10% del todo el presupuesto provincial), la instalación de la réplica del Cabildo de Mayo, la construcción de canchas de polo (previa expropiación masiva), entre otros emprendimientos. Todas estas obras son visibles y muy comentadas por los que visitan San Luis. Sin embargo, lo que puede parecer simpático y original para el turista es hoy considerado innecesario y frívolo para el habitante de San Luis, más preocupado por su situación diaria que por este tipo de obras. Eso evidencia un marcado desacople entre la agenda del gobierno y la de gran parte de los habitantes. También en esta agenda, la que le preocupa a la gente, San Luis es otro país. Esto puede verse en tres aspectos.
Uno es el social. La salud se caracteriza por bajísimos salarios y la preocupante falta de insumos esto sumado a la prohibición de ejercer la profesión de manera privada para los profesionales de los establecimientos públicos produjo como resultado desaparición las especialidades médicas, por ej. hace unos meses la provincia se quedó sin oncología infantil en sus hospitales. En educación las cosas no parecen ir mucho mejor, ya que no sólo el gobierno mantiene un largo conflicto con el sector (que se traduce en meses de clases perdidos) que tiene uno de los salarios más bajos de la Argentina llegando al punto que aquellos maestros que trabajan en dos escuelas se les paga por una y media, deteriorando más aun sus ingresos
Luego está el tema del desempleo que, a primera vista, es del 2%, unos 5 puntos por debajo de la media nacional. Pero acá hay un detalle: se consideran como ocupados a las personas alcanzados por el Plan de Inclusión Social, que tiene hoy unos 20 mil beneficiarios, que se pagan en “cheques de inclusión social” personalmente por funcionarios e intendentes. Si a éstos se los considera como lo que realmente son, es decir desempleados encubiertos que reciben su paga en bonos a cambio de trabajo de muy mala calidad y sin ninguna clase de cobertura social, la tasa de desocupación en San Luis trepa cerca del 30%, vale decir, cerca 23 puntos por encima del promedio nacional, colocando a San Luis como la provincia con mayor desempleo encubierto. La decisión del gobernador de ser el único mandatario del país que se negó a firmar el convenio con la ANSES para implementar la AUH no pareciera ser una decisión que ayudara a mejorar el cuadro de situación social de la provincia. La veloz reducción del padrón de beneficiarios del Plan de Inclusión Social (que bajó de unos 40 mil a menos de la mitad) no responde a la reinserción productiva de estas personas sino que parece estar inscripta en este marco de disputa con el gobierno nacional, al costo de incrementar la pobreza provincial.
El segundo aspecto es el institucional. En primer lugar, la corrupción es un dato instalado y socialmente conocido en San Luis. En segundo lugar, el sistema comunicacional está monopolizado por los Rodríguez Saá desde hace por lo menos 25 años, afectando decisivamente la pluralidad de voces. El principal diario de San Luis (El Diario de la República) propiedad de Alberto Rodríguez Saá está dirigido por la hija mayor de Adolfo. La tutela se extiende a radios y canales de TV.
El control sobre lo la Justicia es casi explícito: los Rodríguez Saá llegaron a exigir a los jueces que, como requisito para la designación, estos deben dejar firmada su renuncia, de manera que el poder ejecutivo pueda disponer de ellos en cualquier momento. En cuarto lugar, recientemente el gobierno provincial impidió la asunción de un grupo de diputados opositores, en un hecho tan inédito como cuando instalaron la doble municipalidad allá por 2003.
Todo esto puede ocurrir porque, en definitiva, San Luis es hoy otro país también a nivel político. Los Rodríguez Saá gobiernan desde 1983, con la sola alternancia de Adolfo y Alberto. El récord juega en la categoría de algunos gobiernos autoritarios del mundo, y no tiene antecedentes en Argentina. ¿Cómo ha sido eso posible, aun en climas de descontento creciente? Claramente, uno de los motivos es la apropiación del Estado. No hay en San Luis distinción alguna entre lo público y lo privado para los Rodríguez Saá. La manipulación es un instrumento de uso diario a través del Plan de Inclusión y el empleo público. La asimetría de recursos respecto a la oposición es fenomenal, así como innumerables los obstáculos que ésta debe superar cotidianamente. El segundo motivo, en gran parte vinculado a todo lo anterior, es que la oposición ha sido más parte del problema que de la solución. No han sabido, no han querido o no han podido, a lo largo de los años, presentar una opción consistente, seria y creíble de cara a la población. La habitual falta de ideas en materia de políticas públicas llevó que le gente viera que la oposición sólo buscaba ganar una elección sin tener una idea muy clara de cómo seguir adelante en caso de lograrlo. Frente a eso, lo lógico: siguió optando por lo malo conocido y continuó repitiendo “roban pero hacen”.

La oposición desarticulada
El gran desafío de la oposición hoy es superar la desarticulación, fragmentación y falta de liderazgo. En este sentido, nada nuevo bajo el sol. Dentro de la UCR hay dos sectores enfrentados a muerte y que quizá diriman sus posiciones en una elección interna el 13 de marzo. Uno de los sectores está encabezado por el ex senador nacional “Pupa” Agúndez, el otro por el ex secretario de provincias Walter Ceballos quien puso en jaque a Adolfo en las elecciones de 1999.
El otro sector importante de oposición es el kirchnerismo. Aquí hasta ahora ha venido tallando la mano del armado nacional que cuenta en sus filas con Alfonso Vergés, ex intendente de la ciudad de San Luis. Vergés es un político ex UCR y SRA que accedió a la intendencia cuando Daniel Pérsico asumió la banca de senador nacional en 2005. En 2007 Vergés fracasó en su intento de reelección (perdió contra la candidata de los Rodriguez Saá) y en 2009 logró una banca como concejal obteniendo la mitad de los votos que en 2007. El otro referente del kirchnerismo ha venido siendo, precisamente, el actual senador nacional Pérsico, quien tiene una valoración más bien baja entre sus pares de la cámara y ha mostrado falta de cohesión interna con el resto del bloque a la hora de votar leyes impulsadas por el ejecutivo (por ej. Voto junto con Negre de Alonso en contra del matrimonio igualitario).
En el plano provincial, Pérsico es responsable junto con Vergés de una interna feroz que mantuvieron entre ellos que desembocó en la recuperación del municipio por parte de los Rodríguez Saá en 2007, después de 12 años de gobierno opositor.

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